Hace un año todos los que conformamos y nos identificamos como parte de la Parroquia, experimentamos un día de emociones encontradas de una despedida y una bienvenida.
Finalizaban 31 años de servicio de nuestro pastor Monseñor Rogelio Esquivel y entregaba una Parroquia viva y comprometida, con las bases sobre roca, y se iniciaba una nueva etapa de continuidad y cambios, en la conducción de nuestro nuevo párroco, el sacerdote Leopoldo Sosa Tolentino.
Aún queda la nostalgia y recuerdos imborrables de Monseñor Esquivel, quien marcó historia en la vida de muchos evangelizados y no evangelizados, pero hoy contamos con el acompañamiento de un sucesor con ideales y anhelos de consolidar el compromiso evangélico y espiritual de una verdadera conversión.
Gracias, Padre Leopoldo, por tomar el reto en una gran Parroquia, gracias por seguir adelante en el camino de la evangelización, gracias por todo su servicio y entrega, gracias por todo un año lleno de bendiciones y amor, dedicado a todos sus hermanos de la parroquia Inmaculada Concepción.