Hoy conmemoramos 101 años del natalicio de nuestro querido Beato Óscar Arnulfo Romero.
Oscar Arnulfo Romero y Galdámez nació el 15 de agosto de 1917 en Ciudad Barrios, Departamento de San Miguel. Su padre era telegrafista y su madre de oficios domésticos.
Al terminar sus estudios básicos se dedicó al aprendizaje de carpintería y a la música. En 1930 y a los trece años de edad, que Oscar recibió su llamada al servicio de Dios. Ingresó al seminario menor en San Miguel y luego, en 1937, se mudó a Roma donde terminó sus estudios teológicos en la Universidad Gregoriana el 4 de abril de 1942. Regresó a El Salvador en 1943, a su natal San Miguel y el obispo le confió la parroquia de Anamorós, un pueblo cerca de San Miguel donde se venera la patrona de El Salvador, Nuestra Señora de la Paz.
El 3 de febrero de 1977, la Iglesia Católica en el Vaticano durante el papado de Pablo VI, le concedió el título de Arzobispo de San Salvador. Se dedicó a predicar bajo la luz del Evangelio denunciando el pecado e invitando a todos a la conversión. Tres años más tarde fue asesinado mientras oficiaba misa en la capilla del Hospital de la Divina Providencia en San Salvador el 24 de marzo de 1980.
La causa de su canonización duró muchos años, finalmente el 23 de mayo de 2015 Monseñor Romero fue beatificado en El Salvador. En marzo de este año, el Papa Francisco anunció su pronta canonización que se llevará a cabo el próximo 14 de octubre de 2018 en Roma.
Compartimos un fragmento de las palabras del Santo Padre el Papa Francisco en la carta dirigida a Monseñor Jose Luis Escobar Alas el día de la beatificación de Monseñor Romero el 23 de mayo de 2015:
“El Señor nunca abandona a su pueblo en las dificultades, y se muestra siempre solícito con sus necesidades. Él ve la opresión, oye los gritos de dolor de sus hijos, y acude en su ayuda para librarlos de la opresión y llevarlos a una nueva tierra, fértil y espaciosa. Igual que un día eligió a Moisés para que, en su nombre, guiara a su pueblo, sigue suscitando pastores según su corazón, que apacienten con ciencia y prudencia su rebaño (cf. Jer 3, 15). En tiempos de difícil convivencia, Monseñor Romero supo guiar, defender y proteger a su rebaño, permaneciendo fiel al Evangelio y en comunión con toda la Iglesia.”
¡Beato Óscar Arnulfo Romero, ruega por nosotros!