La Iglesia Católica este 15 de agosto añade un motivo de celebración a su calendario, el nacimiento de nuestro primer beato, Monseñor Óscar Arnulfo Romero. El nacimiento del beato representa una alegría, pues en este día, además de conmemorar la asunción de María Santísima vemos como se une junto a ella y ambos representan un signo de esperanza y salvación.
Hoy lo recordamos en su cumpleaños. Ciudad Barrios, San Miguel, tuvo la dicha de recibir a quien han catalogado como profeta. Monseñor Romero es una muestra más de salvación para la humanidad. Confiado en su fe ofreció todo lo que tenía, hasta su vida, para hacer prevalecer la justicia por medio de su palabra, que no pierde validez hasta estos días.
Él nos abre la posibilidad de sentir más cercana la santidad, la cual logró sirviendo al más necesitado. Dios lo recibe con alegría en el cielo, pues Monseñor llega con las manos llenas de obras de caridad. Además lo recordamos con fervor por haber proclamado la palabra de Dios. Nos regocijamos en poder elevar nuestra mirada al cielo y pedir por su intercesión. Y así lograr ser buenos cristianos y nuestros actos en la tierra nos dirijan a la santidad.